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Hernandez Sebastian
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6 abr. 2023
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La exhibición "Des Cheveux et des Poils" abre en museo parisino

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Hernandez Sebastian
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6 abr. 2023

A pesar de no tener mucho contenido de moda, pocas exposiciones están más de moda que "Des Cheveux et des Poils", una mirada a la relación entre el cabello y el estilo, desde el antiguo Egipto a la alta costura contemporánea.


Des Cheveux et des Poils - DR


La exposición, cuyo nombre se traduce como Cabellos y pelos, se inauguró este miércoles en el Museo de Artes Decorativas (MAD) y se extiende desde las orillas del Nilo hasta célebres estilistas contemporáneos como Sam McKnight, Shinji Konishi, Alexandre de Paris y Charlie Le Mindu.

Este largo tratado sobre los peinados, cuya creación duró tres años, incluye 677 objetos, repartidos en dos plantas y 1200 metros cuadrados, e incluye pelucas y prendas hechas con pelo presentadas en espectáculos de Alexander McQueen, Maison Margiela, Vivienne Westwood y Victor Weinsanto.

El amor por las prendas hechas con pelos y cabellos ha existido desde la antigüedad, cuando los faraones y sus esposas usaban pelucas. En la Roma imperial, las mujeres preferían peinados extremadamente complicados e intrincados. Mientras que, en Europa occidental, las mujeres usaron velos en público durante muchos siglos, siguiendo la instrucción de San Pablo de ocultar su cabello. Una pintura al óleo de George de la Tour de San Pablo está acompañada por las críticas del apóstol sobre la modestia.

“No obstante, después del siglo XVI, las mujeres en la sociedad finalmente comenzaron a mostrar su cabello, y vemos cómo el cabello finalmente se puso de moda. Y, al igual que los dobladillos y las siluetas, el cabello subía y bajaba”, subrayó Denis Bruna, curador de la exposición.

Dicho esto, hasta finales del siglo XIX, el óleo de Franz-Xaver Winterhalter de la emperatriz Sissi en el que se la ve con su enorme cabellera estaba estrictamente reservado para el gabinete privado de su esposo, el emperador Francisco José.

Inevitablemente, en cuestiones de estilo, Francia juega un papel muy importante, desde 1301, cuando los cirujanos-barberos franceses publicaron los primeros estatutos de su profesión. Siguiendo hasta la Francia de la posguerra y el nacimiento de la unión de la "Haute Coiffure Française", que condujo a la creación de pelucas de animales notablemente esculpidas. Y finalmente hasta la ingeniosa exhibición de Konishi: una peluca roja hecha para Lady Gaga.

La exposición es técnicamente la cuarta entrega de un estudio en curso sobre la relación entre el cuerpo y la moda, que comenzó en 2013, con espectáculos que trataban sobre ropa interior, vestimenta formal y calzado, respectivamente.

“Los pelos de la cabeza y el cuerpo son materiales extraordinariamente convertibles. Puedes dejarlos crecer, cortarlos, teñirlos, rizarlos y luego hacerlos desaparecer”, argumentó Bruna.

Para 1720, las mujeres francesas gradualmente se recogían el cabello, incluso a medida que sus vestidos se volvían más escotados. A mediados de siglo, la moda era el cabello altísimo y abombado atado con cintas, pero en 1800 aparecieron los primeros retratos de mujeres con el cabello corto.


Des Cheveux et des Poils - DR


Ya había surgido toda una industria para crear horquillas elaboradas, que se ve en una pintura maravillosa de Elisabeth I, con sus trenzas rojas apiladas con horquillas de cuerno. Incluso si el cabello se asociaba generalmente con cierta mojigatería. Las estatuas griegas mostraban mujeres desprovistas de vello púbico. Y hasta el frontal completo "El origen del mundo" de Gustave Courbet, las regiones inferiores de las mujeres nunca se mostraban en las bellas artes.

También es una oportunidad para presenciar algunos retratos poco vistos pero estupendos de artistas menos destacados: óleos de grandes y buenos artistas de la talla de Jean o François Clouet, Michiel Jansz van Mierevelt, Joos Van Cleve o François Jouvenet.

Después de siglos en los que los hombres se afeitaron escrupulosamente, en el siglo XVI los reyes querían mostrar su virilidad luciendo barbas, como se ve en dos pinturas brillantes de los grandes rivales nobles barbudos Francisco I de Francia y Enrique VIII de Inglaterra.

“Entonces, las pelucas se convirtieron en una cuestión de distinción social. Una forma de distinguir a los ricos de la gente común. Cabe recordar que Luis XIII se puso extremadamente triste y deprimido por la pérdida de su propio cabello en su juventud y comenzó a usar pelucas. Luego, Luis XIV perdió su cabello cuando tenía poco más de veinte años en la guerra de Flandes y usó pelucas el resto de sus días”, señala Bruna.

Un enorme recipiente de vidrio contiene una enorme peluca trenzada propiedad de Luis XIV e incluso un trapeador plateado y negro que una vez llevó Andy Warhol a modo de peluca. Los reyes usaban pelucas generalmente hechas con cabello recogido de mujeres jóvenes de zonas rurales, aunque la de Carlos II de Inglaterra estaba hecha con el vello púbico de su amante. La gente menos afortunada usaba cabello recuperado de los muertos. Otros se conformaron con pelo de ciervo, caballo, oveja o incluso lino. Hoy en día, las pelucas más caras provienen de Europa del Este.

Curiosamente, aunque muchas personas lo usan a diario, el champú (de la palabra hindi champo, que significa amasar) se inventó realmente a fines del siglo XIX. De hecho, uno de los productores de champú más grandes del mundo, Wella es el patrocinador principal de la exposición.

En el siglo XX, el diseño y la tecnología avanzados hicieron su entrada en los salones de belleza, como demuestra una hermosa mesa de Jeanne Lanvin y toda una serie de secadores retro ligeramente absurdos. Mientras que grandes fotógrafos, como Richard Avedon, comenzaron a filmar anuncios para L'Oréal.

La exposición termina con una nota política y fotos de las protestas de 2022 en las que una mujer iraní lleva un grueso mechón de cabello en sus manos. El potencial erótico del cabello como una clara amenaza para el régimen teocrático de Teherán.

Des Cheveux et des Poils estará en exhibición en el MAD del 5 de abril al 17 de septiembre.
 

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